El mes de junio finaliza con 54.541 cotizantes más de media y 50.268 desempleados menos, con mejoras generalizadas por territorios, sectores de actividad y franjas de edades, en un mes en el que tradicionalmente aumenta el empleo al coincidir con la temporada estival.
De esta forma, el número total de afiliados a la Seguridad Social alcanza las cifras más elevadas de la serie histórica, con más de 20 millones ochocientas mil personas ocupadas, concretamente 20.869.940.
No obstante, se hace patente una subida de la afiliación menor que la producida de media en los meses de junio del periodo prepandemia -2014 a 2019-, cifrada en 74.123 personas, y un descenso del paro que se encuentra alejado también de la media de esos años, situada en 98.974.
Estos datos denotan una cierta desaceleración en la creación de empleo y especialmente en la caída del paro, lo que resulta preocupante pues, pese a tener la cifra más baja desde 2008, el desempleo se sitúa en España en 2.688.842 personas, con la tasa más alta del entorno europeo, sin tener en cuenta los desempleados con disponibilidad limitada o demanda de empleo específica, que situarían el desempleo real en 3.212.002 personas.
En cuanto a las condiciones laborales, nuevamente hay que destacar que más de cuatro de cada 10 contratos formalizados en junio son indefinidos, con lo que se mantiene la temporalidad en mínimos históricos del 14% de los afiliados, con especial incidencia en las mujeres y en los menores de treinta años, en los que desde la entrada en vigor de la reforma laboral la temporalidad ha descendido más de 30 puntos porcentuales.
Por su parte, el Régimen de Autónomos suma 6.665 personas en junio, el peor dato desde 2012, al tiempo que avanza el desplome del comercio hasta las 19.682 personas, respecto al mismo mes del año anterior, lo que evidencia que, pese a la resiliencia del mercado de trabajo, las pymes y micropymes se están viendo gravemente afectadas por las consecuencias de los incrementos de costes y de la incertidumbre.
Dado que las previsiones siguen apuntando hacia una desaceleración significativa de la economía en la segunda parte del año, CEOE reitera la necesidad de garantizar la estabilidad institucional y la seguridad jurídica necesarias para generar un clima de confianza capaz de estimular la inversión y con ello el avance en la senda del crecimiento y la creación de empleo.