15 octubre 2022
El afloramiento de empleo sumergido y las reformas estructurales permiten mejorar las finanzas públicas y reducir el déficit estructural siete décimas del PIB
El Gobierno remite a la Unión Europea el Plan Presupuestario 2023 que incluye el escenario macroeconómico para el próximo año
Frente a un entorno exterior muy complejo, la economía española mantiene su resiliencia con un crecimiento fuerte, una intensa creación de empleo de calidad, el mantenimiento del superávit exterior y la reducción del déficit y la deuda
Se estima que desde 2019 se ha producido un afloramiento de empleo procedente de la economía sumergida de 285.000 afiliados a la Seguridad Social, gracias a las medidas de política económica adoptadas durante la pandemia
Además, el impulso a la digitalización y las reformas estructurales en el mercado de trabajo van a permitir reducir el paro estructural en 510.000 personas
El despliegue de las reformas e inversiones del Plan de Recuperación y la solidez de las finanzas públicas permitirán profundizar el proceso de consolidación fiscal iniciado el pasado año y cumplir los objetivos de reducción del déficit y deuda pública
Las medidas adoptadas por el Gobierno han permitido reducir de la inflación en hasta 3,5 puntos, y apoyar a los sectores más afectados, familias y colectivos vulnerables
El Gobierno ha remitido a la Unión Europea el Plan Presupuestario 2023 ?, en cumplimiento de la obligación de todos los Estados Miembros de presentar cada año en el mes de octubre ante la Comisión Europea sus proyectos de planes presupuestarios para el ejercicio siguiente, con la finalidad de que puedan ser valorados antes de ser aprobados definitivamente por los respectivos Parlamentos nacionales.
En un contexto de incertidumbre internacional marcado por la guerra de Rusia en Ucrania, la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado y del cuadro macroeconómico está marcada por la prudencia, la responsabilidad fiscal, la justicia social, la modernización y eficiencia económica para garantizar dos objetivos principales: seguir impulsando el crecimiento económico, el empleo y el apoyo al conjunto de la sociedad, y cumplir la senda de reducción del déficit y la deuda pública recogida en el Programa de Estabilidad remitido por España a la Comisión Europea esta primavera.
En 2022, frente a un entorno exterior muy complejo, la economía española ha confirmado su resiliencia con una previsión de crecimiento económico del 4,4%, avalada por los principales organismos nacionales e internacionales, que durante las últimas semanas han revisado al alza sus previsiones. El crecimiento previsto para este año se basa en la intensa creación de empleo de calidad, el mantenimiento del superávit exterior y el crecimiento de la inversión gracias a la implementación del Plan de Recuperación.
Cambio estructural en el mercado laboral
Las medidas de política económicas adoptadas, primero con la respuesta a la pandemia y desde el pasado año con las reformas e inversiones del Plan de Recuperación y las medidas de respuesta a la guerra de Rusia en Ucrania, han conseguido impulsar un cambio estructural en el mercado de trabajo. Un cambio que está generando ya beneficios en la estabilidad del empleo, con el incremento de los empleados con contratos indefinidos, la reducción del porcentaje de temporalidad entre los afiliados a la Seguridad Social, que ha caído por debajo del 20% por primera vez en la historia, y la reducción del desempleo juvenil. Se estima que desde 2019 se ha producido un afloramiento de empleo procedente de la economía sumergida de 285.000 afiliados a la Seguridad Social, de los cuales 250.000 serían asalariados y 35.000 autónomos, lo que tendría un impacto positivo en términos fiscales por el aumento de ingresos netos.
Este afloramiento se debe en gran medida a las medidas adoptadas durante la pandemia, especialmente los ERTEs y las prestaciones por cese de actividad a los autónomos, que no solo habrían promovido una mayor flexiseguridad en el mercado laboral, sino que habrían favorecido el afloramiento de trabajadores que se encontraban en la economía sumergida.
Asimismo, la ejecución del Plan de Recuperación, con las reformas orientadas a impulsar la digitalización y especialmente las reformas del mercado de trabajo están permitiendo la reducción del desempleo estructural en 510.000 personas desde 2019.
La combinación de ambos elementos está permitiendo mejorar las finanzas públicas, a través del aumento de las cotizaciones sociales por el afloramiento del empleo sumergido y el aumento de ingresos netos estructurales por la reducción del desempleo estructural. La suma de estas contribuciones permite reducir el déficit estructural 7 décimas del PIB.
Medidas para reducir la inflación y consolidación fiscal
En 2022 el despliegue de las reformas e inversiones del Plan de Recuperación y su efecto en la solidez de las finanzas públicas están permitiendo dar una respuesta eficaz y justa al impacto de la guerra de Rusia en Ucrania y seguir el proceso de reducción del déficit y la deuda.
Así, en 2022 la deuda continuará la senda descendiente que se inició el pasado, prolongándose esta tendencia en 2023, lo que permitirá reducir la ratio deuda PIB en 2023 un total de 8 puntos de PIB respecto a su valor en 2020. Por su parte el déficit de las Administraciones Públicas se situará en 2022 en el 5% del PIB, cerca de 2 puntos inferior al de 2021, y en 2023, se mantendrá la senda descendente y se prevé que se reduzca hasta 3.9% del PIB.
El Gobierno ha hecho frente al incremento de la inflación con la implementación de tres paquetes de medidas, al que se unirán ahora las asociadas al Plan Más Seguridad Energética (+SE), con una movilización total de alrededor de 35.000 millones de euros.
En 2023 la política fiscal será prácticamente neutral, aunque en conjunto seguirá proporcionando un impulso de inversión y transformación a la economía española gracias al Plan de Recuperación, particularmente indicado para una coyuntura difícil en la zona euro y el resto de la economía global.
La extrema prudencia del presupuesto para 2023 y la evolución de los ingresos públicos permitirán que el Gobierno pueda seguir adaptando las medidas de respuesta a la guerra a la evolución de los precios de la energía, la inflación y el entorno internacional, manteniendo el cumplimiento de los objetivos de déficit y deuda pública.