26 de julio de 2022
La economía española mantendrá un fuerte crecimiento este año y se moderará en 2023 por los efectos internacionales de la guerra de Rusia en Ucrania
El Gobierno prevé un crecimiento del PIB del 4,3% en 2022 y del 2,7% en 2023, niveles superiores a la media de la zona euro y en línea con las estimaciones de los organismos nacionales e internacionales.
La economía española mantiene un fuerte crecimiento en un contexto marcado por la incertidumbre internacional, el incremento de la inflación, la normalización de la política monetaria y las disrupciones en las cadenas de suministro globales.
El dinamismo del mercado laboral, el crecimiento de la inversión impulsada por el Plan de Recuperación, el buen comportamiento del sector exterior y la buena evolución de las cuentas públicas permitirán que España crezca más que las principales economías avanzadas.
En el ámbito laboral se mantiene la intensa creación de empleo en 2022, lo que permitirá reducir la tasa de paro dos puntos, hasta situarse en el 12,8%.
Para 2023, el mantenimiento de los altos precios de la energía, una normalización de la política monetaria más rápida e intensa de lo previsto y la desaceleración económica prevista para la zona euro moderarán el crecimiento económico de España. Estos factores se verán parcialmente compensados por el Plan de Recuperación.
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha presentado en el Consejo de Ministros el Informe de Situación de la Economía Española, que incluye una actualización del escenario macroeconómico para 2022 y 2023. La presentación del Informe y la actualización de los principales indicadores económicos se enmarca en la aprobación del techo de gasto de las Administraciones Públicas que marca el inicio de la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado para 2023.
La economía mantendrá en 2022 un intenso crecimiento que permitirá que el Producto Interior Bruto crezca en 4,3% en 2022, a pesar de la incertidumbre a nivel internacional ocasionada por la guerra de Rusia en Ucrania, el aumento de la inflación, la normalización de la política monetaria y la persistencia de los cuellos de botella en las cadenas de suministro globales. Esta previsión de crecimiento está alineada con las estimaciones de los principales organismos nacionales e internacionales y es superior a la de zona euro y las de los principales países comunitarios.
El crecimiento previsto para este año se basa en el excelente comportamiento del mercado laboral, que ha permitido que la afiliación alcance los 20,4 millones de afiliados y que el paro se haya reducido por debajo de los tres millones de desempleados. También por el fuerte crecimiento de la inversión en bienes de equipo y propiedad intelectual impulsada por el Plan de Recuperación; la favorable evolución del sector exterior, que se refleja en la sorpresa positiva registrada por el turismo durante el primer semestre y la consolidación fiscal.
La actualización de la previsión recoge los datos más recientes, revisándose la composición del crecimiento. De esta forma, el sector exterior pasa a contribuir positivamente al crecimiento, 0,5 puntos porcentuales, gracias al buen comportamiento de las exportaciones en la primera parte del año, así como la buena evolución del turismo, que se espera que este año recupere el 95% del nivel de 2019.
En sentido contrario se revisa ligeramente a la baja la aportación de la demanda nacional, que pasa a contribuir 3,7 puntos porcentuales, por el menor dinamismo del consumo público y privado en el primer trimestre.
Por su parte, las inversiones crecen más de lo previsto, hasta el 9,3%, gracias al dinamismo de la inversión en bienes de equipo impulsada por la aceleración del Plan de Recuperación.
Uno de los elementos destacados en el crecimiento económico en 2022 es la positiva evolución del mercado laboral, favorecido por los cambios impulsados por la Reforma Laboral, que van a permitir que el empleo crezca a un ritmo del 3,7% y el paro pueda reducirse dos puntos, hasta el 12,8%.
La inflación más elevada y persistente durante los últimos meses ha motivado la revisión al alza de la previsión del deflactor del consumo en 2022, que se sitúa en el 7,8%, en línea con las revisiones al alza de la inflación por parte de los principales organismos nacionales e internacionales.
Para el próximo año se revisa ocho décimas a la baja la previsión de crecimiento del PIB, que se estima que alcance el 2,7% en 2023. La economía española mantendrá, por tanto, un crecimiento económico superior a la media de la zona euro y del conjunto de la Unión Europea el año que viene, si bien se verá afectada por el mantenimiento de los altos precios de la energía, que provocarán una normalización de la política monetaria más rápida y el consiguiente aumento de tipos de interés reales que impactarán negativamente en las decisiones de inversión y consumo.
Por otro lado, los altos precios de la energía también provocarán una desaceleración en la actividad económica de la zona euro que reducirá la demanda externa. No obstante, el impacto de estos factores se verá parcialmente compensado la contribución del despliegue de reformas estructurales y las inversiones del Plan de Recuperación.
Por consiguiente, en 2023 la demanda nacional seguirá impulsando el crecimiento económico, con una aportación de 3,3 puntos, apoyada por el dinamismo de las inversiones que, si bien se ven afectadas por la situación internacional, seguirán creciendo a un ritmo elevado del 6,6%, impulsadas por la ejecución de los fondos del Plan de Recuperación.
Por su parte, el sector exterior se verá afectado por el deterioro de las perspectivas sobre la economía mundial y se prevé que tenga una aportación de -0,7 puntos.
En 2023 se seguirá creando empleo, lo que permitirá continuar reduciendo el desempleo y situar la tasa de paro en el 12% y en el ámbito de los precios, el deflactor del consumo privado registraría una fuerte desaceleración hasta alcanzar un crecimiento del 2,9%.